
En primer lugar es interesante observar la presentación que realizaron distintos medios de difusión de la noticia de la liberación. Fracasado el primer intento, los medios más reaccionarios y contrarios al proyecto regional encabezado por el presidente de Venezuela calificaron todo el operativo como una puesta en escena, un show mediático “payasesco”, repitiendo hasta el cansancio las palabras de Uribe atacando a las FARC por no cumplir con su palabra porque, sostuvo, “no se puede confiar en las FARC”. Estos medios evitaron, claro está, hablar sobre la “confiabilidad” del presidente colombiano, quien ordenó una serie de operaciones militares el mismo día de la proyectada liberación matando incluso a un guerrillero. Pocos medios parecen recordar al Uribe impulsor de la economía social cooperativa en Colombia; el mismo que en 1987 alertaba sobre la voracidad capitalista con las siguientes palabras: “Ahora que se habla de reprivatización de la banca, el cooperativismo debe hacer causa común para que el gobierno no se atreva a entregar esa banca, ni a los antiguos propietarios, ni a las nuevas tentaciones de la voracidad capitalista, ni mucho menos al capital foráneo”. ¿Es el mismo “confiable” Uribe que entregó al capital foráneo (norteamericano) las riquezas de Colombia, ofreciendo al Imperio una sólida base de operaciones en Latinoamérica? ¿Es el mismo que “confiablemente” les decía a los colombianos que “hay que acabar con la grave sobreexplotación que cae sobre la clase obrera colombiana”? (Cfr. Desarrollo de la economía social en Colombia, AA.VV., Ed. Coopdesarrollo, Bogotá, 1987). Una vez llevada a cabo la liberación la línea mediática de los ataques contra las FARC cambió y, lejos de volver sobre la operación liderada por Chávez, se orientó a exacerbar la crueldad de las fuerzas rebeldes en cuanto a las condiciones del cautiverio y a impugnar la estatura moral de las mismas atribuyéndoles todo tipo de acciones inhumanas (¡si hasta la fascistoide serie “Policías en acción” dedicó un bloque para “denunciar” sus prácticas!). Esto permite cómodamente ignorar las condiciones de detención de las personas que el gobierno colombiano considera cercanas a las FARC, y para ilustrar la arbitrariedad de Uribe en este sentido no tenemos más que recordar la difícil situación por la que atravesara el periodista venezolano de Telesur Fredy Muñoz en noviembre de 2006. Personas estas por las que las FARC están dispuestas a liberar a todos los rehenes, y en esto hay que ser sumamente claro.
Si bien es cierto que los rehenes en poder de las fuerzas rebeldes les permiten a estas mantener la atención mundial sobre Colombia y contar con prisioneros para posibles intercambios con el gobierno colombiano, al mismo tiempo pone a las FARC en un lugar sumamente difícil pues fortalece el discurso de Uribe que se sirve del sufrimiento de los familiares para atacar los presupuestos éticos sobre los que dice constituirse la guerrilla, permitiendo de este modo que se siga ignorando los secuestros, violaciones y asesinatos cometidos por el ejercito colombiano y su aliadas fuerzas paramilitares. En este sentido son interesantes las palabras del presidente venezolano haciendo un llamamiento a las FARC para que abandonen la política de secuestros, hay en las mismas una clara observación, no sólo moral y ética, sino también táctica que la guerrilla debería considerar seriamente.

Una mención aparte merece nuestro ex presidente Néstor Kirchner, dando un espaldarazo importante con su presencia, en el primer intento de liberación de los rehenes, al operativo que Chávez había acordado con las FARC. No deja de ser contradictorio que al mismo tiempo el propio gobierno de Cristina Kirchner apoyara con decisión desde el MERCOSUR una serie de importantes acuerdos comerciales de este organismo regional con Israel, estado profundamente ligado a las fuerzas paramilitares y a distintos carteles colombianos (tanto en la provisión de armamento como en la “capacitación” para la lucha contra las “fuerzas rebeldes”). Estas actividades han sido denunciadas ampliamente incluso en Israel por académicos como el Prof. Beit Hallahmi de la Universidad de Haifa, sin que el gobierno sionista lo desmintiera nunca. Este es, sin duda, un tema que merece ser tratado con mayor profundidad, pero es interesante mencionarlo para tener una idea un poco más clara sobre la complejidad que presenta el mapa político colombiano y los actores que en él intervienen.
Los próximos días serán claves para analizar las medidas que adoptarán las FARC teniendo en cuenta la enorme exposición mediática que ha conseguido en este operativo y las oportunidades que esta ofrece, si es inteligentemente utilizada, para legitimar su lucha de décadas y desarticular al mismo tiempo el discurso de Uribe que no es otro que el discurso del Imperio.